Roshak fue un desconocido enano que llegó hasta el
Castillo Zadrian y exploró el lugar. Allí encontró, malherida, a
Eligor, y ambos marcharon a
Coryllvol.
Lo que la batidora ignoraba era que el enano la había reconocido por los carteles de búsqueda colocados por toda la región, a raíz de los desagradables incidentes acaecidos en
Eshpurta.
Con la mujer entregada a las autoridades y un buen saco de oro en los bolsillos,
Roshak emprendió el regreso al castillo, donde encontró la muerte horas más tarde bajo una maraña de necrófagos hambrientos.