21/06/2008

Jugadores:
Alexander
Sêdinel

Ante la necesidad tubimos que repartir lo que teniamos, así que el DM nos dio los datos de lo obtenido durante la primera aventura y que portaba Quarion.

Hubo alguna piedras preciosas que vendimos, el total es (Corrígeme Iago si me equivoco):
170 leones de oro y 29 monedas de plata para cada uno.


LO ACONTECIDO EN ESTA SESIÓN FUE:

Primera jornada tras partir de los dungeons enanos.

Estaba cuidando de mi familia que es el Bosque de las Sombras, me encontraba en el linde este, frente a las montañas SnowFlake cuando una pareja formada por un humano y un elfo irrumpieron la tranquilidad de la tarde. Montando a lomos de caballos ligeros se dirigían al sur. En pos de salvaguardar mi hogar y mi familia decidí seguirles pensando que podrían entrar sin más y hacer algo por mí inimaginable.
Tras seguirlos el primer día, a media tarde se dirigieron a lo que a sus oídos seguramente era un canto élfico, … ingenuos viajeros… no sabían lo que era. Decidí abandonar el cobijo de mi hogar, la vegetación y el verdor que ofrecen mis hermanos árboles para seguirles a través de la montaña (hacia el este), y cayeron en la trampa de dos bestias sedientas de sangre, dos criaturas con cuerpo de lobo y cabeza de caballo que sutilmente le emboscaron. Se defendieron con dificultades, el elfo parecía estar muy mal herido, pero lograron abatir a ambos abominables monstruos.
Les seguí un poco más hasta que se mezclaron con un grupo de pastores rumbo sur, viendo que no eran un peligro me dediqué a mi labor de cuidar del bosque.

Soy Roin, el pastor, originario de Danrrow una aldea al este cerca de Riatavin, un amigo mío, otro pastor como yo, que se dirigía desde el norte hacia Riatavin para comerciar con sus ovejas, me contó que un humano y un elfo se unieron a su partida a cambio de comida, y viajarían con ellos prestándoles protección y cuidados, hasta que llegaron a la propia ciudad de Riatavin, ojalá yo tuviera
la misma suerte, hemos sido atacados por orcos en cinco ocasiones en lo que llevamos de mes y no he contado con nadie con valor suficiente para hacer frente a los ataques.

25 de Eleint
Informe de Harshan, tercer cabo de la puerta norte de Riatavin.

En el día 25 de Eleint llegó a la ciudad una partida de comerciantes de ganado, acompañados
por unos forasteros (un humano y un elfo) que llamaron la atención de mi sargento de guardia ese día, quien me liberó de las obligaciones de la guardia de forma permanente con la única obligación de vigilar a tal pareja, cosa que para mí fue estupendo pues disfruté de la libertad que ofrece el estar fuera de
servicio.
Seguí a ambos hasta que se separaron de los ganaderos, a media tarde, cuando el sol parecía
apretar más, y calentaba la armadura de forma agobiante los seguí hasta el centro de la ciudad por donde anduvieron preguntando sobre la ciudad y su gobierno (cosa sospechosa que averigüé soltando un par de monedas de plata), sin embargo me hallé ante un problema, el elfo se adentró en la ciudad,
mientras el humano tomaba otra dirección. Ante tal disyuntiva decidí seguir al humano quien me parecía más sospechoso. Siendo ya de noche alquiló una habitación en la posada “La Sangre
del León”, tras lo cual se dirigió a “Vilhound” regentada por Binor “el cíclope”, donde se encontró con un tercer personaje. Al parecer tuvieron una larga charla. Pude oír algo de contratar el humano a la persona con la que tenia el encuentro (más tarde pude obtener el nombre, se llama Magerris Shortcloak. La conversación se alargó hasta ya adentrada la noche y en un determinado momento
el sospechoso envió un mensajero (deseé tener bajo mi cargo a algún soldado para seguir a ese mensajero, pero lamentablemente mi sargento sólo me envió a mí). Cuando ya no quedaba nadie en el local salieron y siguieron a un noble de la ciudad (también cosa sospechosa). Lo siguieron hasta el centro, frente al Burdel de Yoxen, junto a la Aguja Riataní, una torre de formación natural alrededor de la cual crece la ciudad y de casi 30 metros de altura, que sirve a los comerciantes para encontrar el camino hasta esta espléndida ciudad que es mi hogar. Aquí se separaron, el forastero se retiró a descansar a la habitación alquilada… y yo a los barracones de la guardia donde ordené a un soldado hacer guardia cerca de la posada hasta que viera salir al humano descrito y me avisara lo antes posible… y pude descansar sin pensar en la guardia de mañana.

Un hombre en una taberna decía a otros:
Un ladrón, Reik, amigo mío desde siempre, me contó que llegaron a Riatavin dos forasteros
acompañando a unos ganaderos, y pensó que podrían llevar algo interesante pues es raro que gente así sean ganaderos. Pero se dio cuenta que ambos eran seguidos por un suboficial de la guardia por lo que siendo precavido se quedó bastante a tras.
Una vez se separaron decidió seguir al elfo, él, Reik, me contó que hubiera preferido seguir al humano, pero éste ya era “custodiado” (como dicen ciertos ladrones) por la guardia de la ciudad, debe ser un noble pensó, pues no es fácil obtener protección directa de la guardia sin un sello de la ciudad… y el requerido desembolso de unas cuantas monedas de oro. Y por lo visto Reik estuvo bastante ajetreado, pues tras separarse el elfo del humano, no paró ni un momento. Alquiló una habitación en el Burdel de Yoxen, lo que hizo pensar a mi amigo Reik que podría haber un buen botín. Tras dejar sus cosas el elfo salió, y estuvo como unas tres horas deambulando por la ciudad en busca de algo. Hubo un momento que se escondió entre las sombras para sorprender a una especie de rata gigante atacando a una mujer. Logró dar muerte al furtivo asesino y llevó el cuerpo de la chica a una iglesia, Reik se quedó fuera viendo como al cabo de un tiempo llegó una patrulla nocturna de la ciudad. Al parecer según supo mi amigo, creyeron que el elfo era quien había atacado a la mujer y le citaron a primera hora de la mañana siguiente. El elfo pudo llegar al Burdel de Yoxen donde recibió una nota, y salió hacia La Sangre del León donde tras llamar a la puerta no le hicieron caso, con la mala suerte de dar con una pareja de patrulla que le aconsejaron se fuera a descansar, y regresó al burdel donde apenas estuvo una hora pues ya era hora temprana del nuevo día.

26 de Eleint
Nota del soldado WellShir, para el cabo de la puerta norte de Riatavin.

Señor, durante la realización de la guardia ordenada ayer para vigilar al humano forastero, he sabido que su nombre es Alexander. Hace media hora (desde que he enviado esta nota) se encontró con otra persona llamada Magerris, y ambos más tarde se unieron a otro forastero, un elfo de nombre Sêdinel.
Éste último es sospechoso del asesinato de una mujer, la cual fue llevada por él mismo ya muerta y con heridas de un licántropo a una de las órdenes religiosas que se asientan en la ciudad. Es por esto que está citado para hoy a primera hora en el lugar donde se imparte justicia en la ciudad.
También fue visto por una patrulla merodeando a altas horas de la madrugada la posada “La Sangre del León”. Esta misma patrulla me comunicó que horas antes habían detenido a un ladrón de poca monta llamado Reik intentando forzar una puerta trasera del Burdel de Yoxen.
Actualmente los tres vigilados se encuentran por los mercados, es de suponer que se dirigen a la cita con la ley.
A la espera de sus órdenes, el soldado WellShir.

Hacia diez minutos que leí la nota de WellShir, aunque perezoso de tanto descansar me propuse relevar al soldado y continuar yo mismo el seguimiento de los forasteros.
El cielo despejado era síntoma de fiestas cercanas, el calor aún no era sofocante, y una brisa fresca hacía grato el pasear. Las calles embargadas de aromas se agitaban al son del tintineo de las monedas, mientras la torre Riataní, majestuosa y expectante iluminaba el camino hacia la ciudad.
Disfrutando de una mañana sin guardia en la torre de vigía guiaba mis pasos por entre las intrincadas callejuelas menos nobles de la ciudad, hasta que divisé a WellShir entretenido con un grupo de jóvenes.

- ¿Qué tal soldado?, ¿quedando para esta noche?.
- No señor, buenos días señor. Estaba preguntando a estas jóvenes el nombre de una mujer que vive ahí… un poco más abajo, frente a la pequeña plaza que llaman de las Serpientes Voladoras.
- ¿Y eso?, ¿le gusta más ella que estas preciosidades?.
- No señor, no es eso. Una mujer …
- “Ivanazra Riavina” sargento - Agregó una de las chicas.
- Pues eso, esa tal Ivanazra Riavina, - continuó el soldado - bajó por la calle como una loca y se dirigió directamente a Alexander, al individuo que vigilamos. Aferrando en una mano un papel o pergamino. Debido a los gritos no fue difícil oír que necesitaba a algún seguidor de un dios, con fe suficiente como para ayudar a su hijo…
- GoodWill señor – Agregó la joven de cabello más claro.
- Y dirigió al grupo de tres a su casa con toda celeridad.

Pensativo el cabo que escuchaba atentamente dijo finalmente:
- Ya veo. Muy bien WellShir, realmente lo has hecho bien, quedas relevado durante todo el día de hoy. Te reincorporarás mañana a primera hora.
- Gracias señor.

Ivanazra, desesperada y temerosa de perder a su hijo había comprado un pergamino que ayudaría a que GoodWill (joven caballero) mejorara de la enfermedad que le mantenía en cama tras volver de viaje. Hacía unos días que había llegado, y poco a poco algo iba haciendo mella en su cuerpo y consumiendo su vida.
Necesitaba de alguien que pudiera interpretar el pergamino y llevar a cabo las instrucciones, por lo que se dirigió al primer hombre de fe que vio y que supo escucharle lo suficiente para tener compasión y prestarle ayuda.
Tras llevar a los tres desconocidos a su casa les mostró a su hijo, casi en los huesos, ahora un despojo de lo que hace unos días fuera un valeroso caballero se hallaba casi fuera de sí, todo estaba preparado, pero no sabia que unos espectadores ajenos serian testigos de todo lo que allí ocurriera.

- ¡Mira mamá!, la vecina de enfrente tiene gente en su casa y están encendiendo velas. – Gritó el pequeño de a penas siete años, que asomado por la ventana veía la escena desde varios metros.
- Pobre mujer, debe haber fallecido ya su hijo. Qué angustia debe haber pasado y qué sufrimiento. Un chico tan apuesto y fuerte… -
- Mamá, ¿qué está haciendo el hombre de la túnica?, con los demás alrededor.
- No sé Jim, está leyendo algo, parece una ceremonia, supongo que es para que los dioses acojan al hijo de la vecina en una casa mejor y más bonita.- Decía la madre mientras mirando por la ventana se escuchaban unos golpes tras ella provenientes de la cocina.
- ¡Ilion!, ¡Ilion!... corre ven, ¡por los dioses!, mira lo que tiene en la piel el hijo de la vecina, pensaba que había fallecido pero parece que nó, unos bultos alargados y oscuros recorren su cuerpo.
- A este ritmo nunca acabaré de arreglar el tejado querida, deja ya de cotillear como siempre y ve preparando la comida, que luego siempre se hace tarde- Pero Ilion quedó petrificado al ver que los bultos que le indicaba su esposa abandonaban el cuerpo en forma gaseosa e iban tomando un aspecto físico y corpóreo en un rincón de la habitación.
- ¿Pero… qué demonios es eso?, parece una criatura abominable, parece… como pinzas por brazos y unas cuatro piernas puntiagudas. ¡Mirad¡ se disponen a luchar.

El bullicio de la calle y el ruido del ir y venir de los carros confundían los sonidos del combate, ocultando la lucha que tenia lugar. Tras una corta lucha los tres hombres lograron reducir a la extraña bestia hasta que ésta se desvaneció sin dejar rastro.

Harshan, algo confundido y ajeno a lo ocurrido continuó con su objetivo. Extrañamente se dirigieron a los barracones de la guardia, pero recordó por la nota de WellShir que al elfo lo habían convocado… y por la hora que era ya llegaba bastante tarde, además de tener cara de cansado.
Se adelantó y entró en los barracones antes que los dos humanos y el elfo, y pudo saber con antelación que efectivamente el elfo tenía razón y la ciudad no tenía nada contra él, siendo por tanto inocente de la muerte de la mujer. Al parecer últimamente había bastantes licántropos rata en la ciudad, de hecho la guardia estaba intentando aplacar el tema.

Salieron sin más, pero no se percataron de otro pequeño individuo que salió murmurando
tras ellos:
- Increíble, un buen botín que conseguir y me pillan antes de entrar, yo Reik detenido otra vez, maldita tirada de sigilo. –

Y se dirigieron al antro que es la taberna “El Tesoro de Rook”.

Peassso de relato

Tampoco es tanto.

Me hubiera gustado ilustrarlo, tengo las imágenes en la cabeza pero no voy a tener tiempo.