Pathfinder en Puerto Real
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.



 
ÍndicePortalÚltimas imágenesCartografíaGaleríaBuscarChatRegistrarseConectarse

 

Narración Domingo 12 OCTUBRE

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo 
AutorMensaje
Quarion
Archiusuario (rango 0)
Archiusuario (rango 0)


Inscrito el : 30/04/2008
Puntos Puntos : 607
Reputación Reputación : 0
Mensajes : 279

Respeto a las normas del foro : Narración Domingo 12 OCTUBRE CC

Hoy me siento : Narración Domingo 12 OCTUBRE Commie10

Narración Domingo 12 OCTUBRE Vide
MensajeTema: Narración Domingo 12 OCTUBRE   Narración Domingo 12 OCTUBRE Reloj10Mar 21 Oct 2008, 12:23

Espero que sea de vuestro disfrute

----------------------------------------------------------------------



Tras varios días de descanso en el interior del volcán, Hor-Dulkar, Quarion y Shaard, emprendieron de nuevo su trayecto.

-¿Nos acompañas?-sugirió Quarion al nuevo compañero.

- Yo... eh... no-.

-Quizás podamos ayudarnos-. intentó el paladín.

- ...soy... peligroso, yo... siempre solo...-. contestó Shaard.

- Es posible que lo que necesites sea la compañía de un buen grupo-. insistió.

- Yo... no debería... peligroso-. cortó el hombre de apariencias salvajes.

Finalmente marcharon juntos a pesar del empecinamiento del hombre frente a la perseverancia del elfo.

Aunque habían conseguido que Shaard les acompañara, a Quarion le punzaba la curiosidad de saber que tipo de peligro se escondía en aquel hombre con capacidad de curación, pues en los días de descanso, el paladín no fue el único que aportó sus métodos para sanar.

En tanto a la vez, la opinión del enano era opuesta a la de su compañero, se mostraba absolutamente reacio al nuevo individuo, le resultaba extraño, peligroso, sospechoso... quizá una amenaza.

La verdad es que parte de la curiosidad de Quarión se esfumó nada más salir al pantano... donde Shaard desató una ira irreconocible y por la cual se alejó hasta unos árboles cercanos para empezar a golpearse contra ellos. Fue este acto, por el cual Hor-Dulkar insistía a Quarion sobre la amenaza que suponía tenerlo en el grupo.

Quarion se acercó a él, procurando reflejar la máxima serenidad posible. Antes de decir nada, Shaard alzó un brazo en señal de negación y Quarion prefirió no intentar nada más.

El enano no paraba de quejarse en base a que si no paraba esa furia incontenible, se iría sin más, y sin él. Cuando Quarion estuvo a punto de seguirle la idea, Shaard pareció comenzar a calmarse.

Ambos compañeros se acercaron hasta el salvaje humano y atónitos preguntaron:

- ¿Te... encuentras bien Shaard?-.

- Si... no recuerdo mucho, pero... soy peligroso.

Pasando por alto aquel acontecimiento, los tres deliberaron sobre que camino tomar. Frente a ellos se abría en el suelo una inmensa grieta cuyo final no existía a los ojos de los aventureros, de tal manera que dividía en dos las direcciones a tomar. La dirección de la derecha llevaba a un bosque sombrío, algo más apagado que el bosque que se veía por el lado izquierdo, además, fue por este por el Shaard advirtió un destello de luz que le llamó la intención.

Decidieron pues optar por la izquierda.

Se adentraron en el repugnante pantano, sin saber que aquello les llevaría más de 48 horas para salir de allí. Al principio todo parecía tranquilo, sin demasiados percances.

Se hizo el silencio y algo se movió frente a los guerreros. Quarion dispuso su espada ante ellos con el fin de empalar a aquello que intentará atacarles bajo el agua mientras con su brazo izquierdo alzaba su gran escudo. El movimiento cesó pero enseguida regresó, más concretamente por el flanco izquierdo, atacando sin éxito al paladín. El combate apenas duró unos asaltos. La criatura, un extraño pajarraco humanoide cubierto de escamas y plumas, se retiró graznando cuando se vio acorralada en los ataques de sus oponentes.

Las aguas subían un poco el nivel, de manera que al enano le costaba lo suyo moverse a su paso habitual, que ya de por sí retrasaba al resto. Y lo cual también provoco su enojo con él mismo y la situación por tener que relentizar al grupo.

El día continuaba y fue al trasluz del sol como detectaron aquella mole dirigiéndose hacia ellos sin ninguna piedad. El trío se preparó para el combate, saliendo primero Quarion en carga contra la bestia, un trol de los pantanos, el trol falló su golpe y Quarión acertó, pero sin duda alguna, no acertó mejor que Shaard, quien de un golpe impresionante asestado en la cabeza del monstruo, logró alcanzar la muerte instantánea de este. Lo que de entrada parecía una amenaza, el recién llegado alegó lo contrario de tal golpe.

Hor-Dulkar, quien no había conseguido llegar a la lucha, incrementaba su enfado...

Fue poco después cuando al barbudo le mordió un pequeño pez multicolor de colosal mandíbula que Quarion atravesó con su daga consiguiendo así desencajarle la dentadura del pecho al enano.

Resultó ser solo un ejemplar de todo un banco de peces "iridiscentes" que acechaban de vez en cuando por el pantanoso paisaje.

El cansancio resultaba exasperante, el tronco y las extremidades de cada aventurero pesaba como si portaran armaduras de acero bañadas en hierro. El nivel del agua del pantano solo ayudaba a potenciar ese cansancio. Al cabo de las horas, dieron con un pequeño y fangoso islote, en el cual descansarían sin remedio hasta el día siguiente. Una vez allí, el enano sin terciar palabra, se introdujo en el saco élfico y cayó rendido. Shaard sin embargo, le dijo a Quarion que su peligro podría resurgir por la noche, cada luna llena (lo cual inquietó un poco al elfo pues temía que se tratara de un licántropo). Shaard rogó a Quarion que lo atara, que lo atara de pies y manos, el cuerpo entero, y que le tapara los ojos y la boca. Después de una breve discusión, accedieron a hacerlo. Quarion tomó sus cuerdas y la de su compañero Hor-Dulkar y ató a Shaard de pies y manos, y lo envolvió en cuerdas tal que una momia en vendas. Después de bien atarle, le tapó los ojos con un trozo de tela y le puso un tronco de madera en la boca. Por último, desató un par de nudos de los que le había hecho y ató un gran tronco de gran tamaño a su propio cuerpo. Al fin acabadas las ataduras, Quarion decidió mantenerse despierto ante la decisión del enano de echarse a dormir sin ni siquiera haber planteado unas guardias.

No mucho después, el paladín oyó un sonido un tanto familiar, unos grupo de graznidos llegaban a sus oídos y fue entonces cuando divisó a los "alguduir" (los pajarracos humanoides de alas y escamas). Se acercaban tres exactamente, y Quarion no dudó en despertar a sus compañeros, aunque de poco serviría que Shaard se despertase. El enano cogió su hacha enfurecido y se preparó para el combate. En cuanto llegaron al islote, dio comienzó la lucha. Quarion se fijó en el que tenía delante y era el mismo que horas antes había huído.

A la vez que el elfo y el enano combatían cada uno con un alguduir, el tercero se dirigió hacia el inhabilitado humano. A Quarion no le faltó tiempo, después de herir a su contrincante, para atacar con fiereza al que había osado morder al indefenso Shaard. Mientras Hor-Dulkar continuaba en su combate, el paladín se enfrentaba a los otro dos no permitiéndo que dañaran al hombre salvaje. Acabó con ellos antes de que Hor-dulkar abatiera al suyo, lo cual sirvió de incremento al enojo del enano. El combate en general fue corto pues sin excesivas dificultades las aves fueron cayendo una a una...

Una vez estaban los enemigos hundiéndose en el pantano... shaard pidió que le desataran, aclarándo tras cumplir su petición, que eso es lo que deberían hacer cada luna llena, porque daba la casualidad de que todo había sido una confusión, no era luna llena realmente, así que en realidad, todas las ataduras fueron una pérdida de tiempo. La noche acabó sin ningún otro percance, y todos consiguieron descansar lo suficiente.

A la mañana siguiente, justo antes de partir, una serpiente de unos dos metros de largo atacó a Hor-Dulkar, quien se defendió cortándola en dos de un hachazo.

El pantano se hacía eterno, cada paso resultaba más pesado, más exhaustivo... más lejano. No había aun orilla que se divisara en el horizonte.

Una infecciosa plaga de sanguijuelas traía locos a todos los húmedos compañeros a lo largo de todo el trayecto, incluso antes de llegar al islote. Y cabe decir, que estas sanguijuelas no venían solas, un banco de pirañas y toda una manada de peces iridiscentes las acompañaban. El cansancio ganaba ventaja a sus ritmos de viaje. El enano, que aparentaba cierta debilidad fuera de lo normal, se rezagaba más de lo que hasta ahora lo había hecho durante todo el trayecto pantanoso.

Quarion, en respuesta a lo visto, y después de varias horas, decidió invocar a su celestial montura, a lomos de la cual pretendía que Shaard y Hor-Dulkar subiesen a descansar, así fue aunque no sin obligar al orgulloso enano a que lo hiciera.

El día volvía a comenzar su fin, y el cansancio era fuera ya de lo común. Shaard y Hor-Dulkar dormían sus sueños sobre la gran criatura de pelaje blanco, mientras que el paladín no paraba de limpiar de sanguijuelas a su equino amigo, y a él mismo. Pasaron horas con la pierna ensagrentada hasta que Shaard, descansado, bajó del caballo cediéndo su sitio al elfo. Este, quien ya no podía más, le rogó a su monta que les esperara tan solo unas horas más, y que luego volvería al plano que pertenece.



Después de casi tres días completos de viaje a través del dichoso pantano. Al fin otearon a unos metros de distancia lo que se presentaba como el final del @#&%~€ pantano. Cuando Quarion se despertó y se despidió de su criatura, lo primero que hicieron fue tirarse de lleno en la arena, y permanecer allí descansando en aquel terreno sólido durante un gran tiempo.

Desde la posición en la que estaban, fuera ya del pantano, sobre ellos, se hallaban unas grandes rocas de la cual provenía una extraña luz que Shaard había estado siguiendo todo este tiempo. Cuando estuvieron algo descansados, comenzaron a subir y explorar de qué se trataba.

Eran unas rocas enormes situadas todas sobre una circunferencia imaginaria, y en cuyo centro había como una especie de altar; sin duda alguna, era un sitio para alabar divinidades... Justo al lado, a escasos metros de las rocas, se situaban unos acantilados de inmensa caída. En una zona precipitada, se encontraba un palo clavado en el suelo con una cuerda bien amarrada a su extremo superior. Quarion se acercó a ver que escondía la cuerda, y, para su desfortunio, o... quien sabe si fortunio, encontró un ser humano pendiendo del otro extremo de la cuerda, carcomido por los carroñeros y con algunas pertenencias bien conservadas.

Mientras el humano se dedicó a rezar en aquel lugar, y el enano acudía a la llamada del elfo, éste divisó a lo lejos un galeón atracado en la orilla, y con pinta de haber acabado de llegar. Por la imagen que reflejaban aquellos hombres en la lejanía, debían de ser piratas...

Cuando Quarion mostró a Hor-Dulkar el cuerpo del humano, lo subieron por el acantilado y una vez delante de ellos, le examinaron. Ignorando la muerte que hubiera podido llegar a tener, pues desde luego, era mejor no lucubrar sobre eso, ambos amigos comenzaron a revisar las pertenencias que permanecían en buen estado. Entre ellas encontraron algunas piedras preciosas y una preciosa espada bastarda de color azul verdoso, con la empuñadura semejando olas incrustadas en nácar; en el extremo de su empuñadura sobresalen algas de plata que guardan un diamante blanco y azulado, en cuyo interior puede verse el emblema de un martillo en adamantita. El resto de cristales eran una gema rojiza muy parecida al ojo de un felino, y una amatista oscura tallada en forma de calavera humanoide. Por último, el detalle de que gotea agua de su extremo de manera constante.

Ambos se quedaron perplejos ante la majestuosidad de aquel arma. Hor-dulkar acercó por accidente la gema rojiza al mango de la espada y este comenzó como a desenroscarse dejándo caer el diamante azul que moraba tranquilamente en su interior.

Con cierto respeto, el enano acercó la gema rojiza al interior del mango, y este la chupó hacia sí de tal manera que ahora era la gema la que se encontraba atrapada en el mango de la espada bastarda.

FIN





Bookmark and Share
Volver arriba Ir abajo
DaKrom
Admin
Admin
DaKrom

Masculino

Edad : 52
Inscrito el : 23/04/2008
Puntos Puntos : 1310
Reputación Reputación : 18
Mensajes : 883

Localización : Puerto Real, (Cádiz), España, Spain
Respeto a las normas del foro : Narración Domingo 12 OCTUBRE CC

Hoy me siento : Narración Domingo 12 OCTUBRE 00

Narración Domingo 12 OCTUBRE Vide
MensajeTema: Re: Narración Domingo 12 OCTUBRE   Narración Domingo 12 OCTUBRE Reloj10Vie 24 Oct 2008, 22:33

Una magnífica narración !! Bravooo Bravooo :[bravo2]:

En la última sesión ya sabia del pantano, ahora entiendo lo del monstruo "puente-pantano" Very Happy

Debió ser un coñazo tener que pasar por ahí, siempre todo húmedo y sin descanso.

Bravooo





Bookmark and Share
Volver arriba Ir abajo

Narración Domingo 12 OCTUBRE

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba 
Página 1 de 1.

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
Pathfinder en Puerto Real :: Aventuras / Campañas :: Aventuras / Campañas anteriores-
Crea tu foro | ©phpBB | Foro gratis de asistencia | Denunciar un abuso | foro gratis