Thauglor el Negro fue uno de los más poderosos dragones de la era antigua que han existido sobre los Reinos Olvidados.
Su nombre real en draconiano era Thauglorimorgorus, aunque también se le conocía como Thauglor el Poderoso y Thauglor la Oscura Muerte.

Era grande incluso para los demás dragones (negros o de cualquier otro tipo) de su misma edad, y los elfos que lo conocieron decían que un día entero podía quedar a oscuras mientras Thauglor sobrevolaba la zona.
Debido a su larga vida, las escamas negras habían perdido parte de su color, volviéndose púrpura, lo que miles de años después dio nombre a los soldados de élite de Cormyr (los dragones púrpura).
Fue el Señor del País de los Bosques, lo que dos mil años después sería el reino humano de Cormyr.

En el año -205, Iliphar Nelnueve, el último archimago élfico que conoció la mítica corte de Myth Drannor, desafió al poderoso dragón negro a un duelo singular, un reto que pone fin a batallas entre naciones, y en el que sólo se enfrentan los jefes de cada parte. La única condición era que estaba prohibida la magia, aunque no los objetos portadores de magia. Ya entonces Thauglor era un dragón anciano.
El combate fue encarnizado. Sin embargo, el elfo terminó derrotando al dragón, lanzando una bola de fuego directamente a las fauces, desde dentro, aunque no lo mató, ya que no era eso lo que pretendía.
El dragón aceptó la derrota y se marchó al norte, llevándose consigo a los casi mil dragones que formaban su clan.

En el año 1018, cuando los humanos habitaban el bosque por concesión de los elfos, Thauglor reapareció y destruyó gran parte del castillo real, y en lugar de regresar a su cueva, intentó asesinar al mago de la corte, descendiente de aquellos elfos que lo derrotaron.
En ese combate apareció el príncipe Azoun (luego rey Azoun II), quien, portando la legendaria espada Orbyn, atravesó un ojo de la bestia y alcanzó el cerebro. Así murió el poderoso Thauglor.

Las leyendas entre los dragones púrpura de Cormyr más veteranos no han dejado de circular desde entonces. Siempre hay quien dice que el dragón no murió, sino que consiguió escapar y, desde entonces, descansa para volver algún día.
Pero los más pragmáticos aseguran que aquellas escamas púrpura, que originalmente eran negras, son capaces de endurecer una armadura de cuero más allá de lo que sería capaz una armadura completa... claro está, para el que las encuentre.