A través de varios "post-its" voy a explicar qué es y cómo funciona la
magia ritual.
Este primer mensaje servirá de introducción.
Los
Rituales, como los conjuros, son un modo de acceder y controlar un determinado tipo de poderosa magia para manifestar un efecto específico.
Sin embargo, los
Rituales tienden a ser por naturaleza más poderosos que los conjuros y más complejos de lanzar.
Los
Rituales no son de acceso automático para los lanzadores de magia, sino que se deben a una habilidad específica que debe ser aprendida a la perfección como complemento al estudio básico de los poderes arcanos o divinos.
Los Ritualistas pueden lanzar tantos rituales como les permita el tiempo y los recursos de que dispongan. A diferencia de los conjuros, no existe límite diario de lanzamiento de rituales. Por el contrario, y como he dicho arriba, dependen del tiempo necesario y de los componentes materiales.
Además de eso, el ritualista debe tener un pergamino con el ritual deseado. Los pergaminos de rituales son objetos mágicos muy valiosos: proporcionan una lista detallada de instrucciones para el lanzamiento del ritual, y no desaparecen después de su utilización.
El lanzamiento de los rituales es tan complejo que no es posible lanzarlo (en la mayoría de los casos) habiendo memorizado sus instrucciones sin usar un pergamino (en otro mensaje hablaré sobre
memorizar rituales).
La mayor diferencia entre rituales y conjuros reside en que los primeros no dependen del poder del lanzador, es decir, el nivel del lanzador del ritual no influye directamente en su lanzamiento. En consecuencia, cualquier ritualista puede intentar lanzar un ritual al que tenga acceso.
Es la
habilidad ritualista del lanzador la que determinará el éxito o fracaso del ritual.
Evidentemente, los rituales más poderosos son más complejos de completar con éxito.
El lanzamiento de rituales está limitado por su dificultad, el coste y el peligro al que se exponen quienes participen en él.
A diferencia de los conjuros, el éxito de un ritual no está siempre garantizado.
Cuanto más poderoso sea el ritual, mayor será la posibilidad de fracaso, a costa de perder tiempo y materiales caros. Cada ritual implica un riesgo potencial para el lanzador y los colaboradores. Un ritual "fracasado" puede convertirse en "fracaso crítico" o desastre (pifia), en cuyo caso el ritual no sólo fracasa, sino que libera su energía mágica de un modo peligroso e impredecible.
Podríamos decir que no es infrecuente que un ritual fracasado se cobre la vida del lanzador, razón por la que muchos ritualistas no sienten la ambición de lanzar rituales poderosos.
Incluso los rituales que acaben con éxito pueden desembocar en situaciones impredecibles. Un ritual llevado a cabo con éxito por muy poco puede resultar defectuoso, por lo que su efecto será diferente o el mismo pero de una manera no esperada.
Ocasionalmente, el éxito de un ritual puede ser "crítico" y su efecto irá más allá de lo esperado; en estos casos, el poder del ritual estará "mejorado" o el lanzador obtendrá algún favor.